Venta callejera sin control
Alcanza su pico máximo en los últimos dos años; 2123 puestos en la Ciudad de Buenos Aires, es decir el doble que hace dos años atrás. Las calles mas perjudicadas, Florida y Avellaneda en Floresta. 343 y 245 puestos respectivamente en cada arteria. Al decir de los comerciantes de la calle Florida, el 60% de la arteria se encuentra ocupada por gente que realiza una competencia desleal ofreciendo los mismos productos que se venden puertas para adentro en los comercios legalmente establecidos, pero obviamente con marcas falsificadas... Nike, Adidas, Polo y Lacoste son las marcas mas perjudicas en este sentido. Sin embargo, y pese a que esta irregularidad esta a la vista de todos, nadie hace nada. Ni la policía, ni las autoridades de la Ciudad parecen prestarle atención a esta violación tanto de las normas del Código Contravencional de la Ciudad como de la ley 22.362 y de los Tratados Internacionales a los que adhirió nuestro país y que complementan lo dispuesto por la ley de marcas en lo que hace a su violación; es decir el Acuerdo ADPIC y el Protocolo MERCOSUR/CMC/DEC. Nº 8/95, que expresamente contemplan la obligación de cada Estado contratante de combatir la venta de mercadería falsificada a escala comercial y de tomar medidas para desalentar su producción. El art. 22 del Protocolo Mercosur a este respecto prevee que ... “los Estados Partes implementarán medidas efectivas para reprimir la producción en el comercio de productos piratas o falsificados”. Resulta elocuente a esta altura, que no esta en la agenda de las autoridades de la Ciudad combatir este flagelo; de igual suerte, se vuelve manifiesto que la normativa imperante no alcanza o resulta insuficiente para desalentar en la comisión de este tipo de delitos.
Tampoco resulta seria la defensa que esgrimen muchos de estos vendedores en cuanto a que ellos solo venden baratijas para su subsitencia, cuando se advierte que los mismos productos en infracción se comercialzan en distintos puestos a lo largo de toda la arteria; lo que evidencia y pone de manifiesto que nos encontramos frente verdaderas organizaciones que producen el producto espúreo y luego lo comercializan a través de este tipo de metodología, brindando asistencia y seguridad a su cadena de distribución.
RJ
Tampoco resulta seria la defensa que esgrimen muchos de estos vendedores en cuanto a que ellos solo venden baratijas para su subsitencia, cuando se advierte que los mismos productos en infracción se comercialzan en distintos puestos a lo largo de toda la arteria; lo que evidencia y pone de manifiesto que nos encontramos frente verdaderas organizaciones que producen el producto espúreo y luego lo comercializan a través de este tipo de metodología, brindando asistencia y seguridad a su cadena de distribución.
RJ
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