Aprovechando el cambio de autoridades que se aproxima, tanto a nivel nacional como provincial, creo que sería una excelente oportunidad provocar algún cambio que movilice y coadyuve a cambiar la conducta de la sociedad en lo que refiere al delito de falsificación de marcas...
Todos sabemos que la falsificación marcaria produce grandes males, no solo a las arcas del estado, restando en la recaudación de impuestos, generando trabajo en negro o facilitando la competencia desleal, sino también en lo que importa a la seguridad de las personas y a la salud de la población.
No es ningún secreto que la piratería financia actos de terrorismo y se utiliza para lavar dinero. Produce una rentabilidad que se ubica tan solo por detrás del narcotráfico y el tráfico de armas; para peor, desgraciadamente, hoy todas las aduanas son contestes y lo denuncian, en que se utilizan las mismas vías de comercialización para todos estos delitos, resultando habitual consecuentemente, ver que en los containers donde se contrabandean marcas falsificadas, se acompañen armas y drogas.
La aduana está cumpliendo a estos efectos una labor descollante en frontera, e incluso más allá, en lo que se denominan zonas secundarias.
Pero falta a nivel territorial, es decir fronteras para adentro, la misma determinación que se emplea en frontera para impedir el ingreso o egreso de mercadería falsificada.
Una sugerencia entonces que aportamos desde el blog, dirigida tanto para el flamante Gobernador electo de la Provincia de Buenos Aires, como para el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es que se cree un Departamento de Lucha contra el Comercio Ilegítimo, desde el cual se persiga la falsificación marcaria en todo el ámbito, tanto de la Ciudad de Buenos Aires como de la Provincia de Buenos Aires.
De esta forma, con la sola denuncia de los vecinos y contribuyentes, - hasta se puede instaurar un sistema de premios y castigos a estos efectos-, se podrá actuar contra quienes comercialicen medicamentos falsos y productos con marcas falsificadas; e incluso, perseguir el contrabando y a los piratas del asfalto.
Hoy todos estos delitos convergen en los mismos lugares. Es frecuente ver que automóviles robados, aparecen en los mismos lugares donde se comercializa mercadería trucha; lo mismo ocurre con la venta de celulares robados y con la falsificación de los derechos de autor.
Luego, trabajando de forma mancomunada los Ministerios de Seguridad, de Salud y la Secretaría de Ingresos Públicos, se podrían integrar grupos de trabajo para el desarrollo del comercio legítimo, dándole continuidad así a la política de estado que se estableció desde lo más alto de la administración del Gobierno Nacional, en lo que refiere a la lucha contra el comercio ilegítimo.
De esta suerte, se generarían mayores ingresos al Fisco, al mismo tiempo que se evitaría la evasión que hoy genera el comercio ilegítimo; se protegería la salud de la población evitando que prolifere la comercialización de medicamentos falsificados que hoy se calcula en alrededor del 20% de lo que circula en el mercado y con tendencia en alza. Al mismo tiempo, al existir mayor control en las grandes ferias, mas allá de la falsificación en si, se evitaría la comercialización de productos robados, lo que redundaría también en una mayor seguridad para la población.
Por supuesto que este Departamento de Lucha contra el Comercio Ilegítimo, debería estar complementado e integrado con el esfuerzo del sector privado. Algo así como lo que hoy esta actuando la DGA con los titulares de las marcas y el Sistema de Asientos de Alerta. Hasta se podría instrumentar un Registro del que participen todas aquellas empresas que quieran defender sus marcas contra la falsificación.
Como podrán advertir queridos amigos, se trasparentaría el comercio de una forma harto elocuente, integrando al sector público y al privado en una lucha común contra el comercio ilegítimo. Solo una idea.
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