Venta ilegal: Un mal que crece
En el límite entre Flores y Floresta, sobre la avenida Avellaneda, se concentra mas de la mitad de los puestos ilegales de la Ciudad de Buenos Aires; en octubre, se detectaron 2.409 manteros, mil más que en el mismo mes del año pasado. Un informe de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa,(CAME), da cuenta que 15 cuadras de la vía concentran la mitad de la venta ilegal en la Ciudad... Le siguen en importancia Liniers y Once como los lugares que concentran mayor cantidad de puestos de venta ilegal en la Ciudad, con 604 y 505 puestos, respectivamente, de acuerdo con el relevamiento realizado por la CAME. Desde el gobierno porteño sostienen que no tienen personal de Policía Metropolitana para hacer frente al problema: "Ya se actuó en Florida, en el microcentro y en Constitución; ahora faltan Once, Avellaneda y Liniers, que son los casos más graves. No contamos con la Policía Federal porque por decisión de la ministra de Seguridad Nilda Garré, Nación no autoriza a sus agentes a actuar en estos casos. Solo a medida que la Metropolitana vaya creciendo (hoy están egresando unos 500 cada semestre) se va a ir actuando en estas zonas" explicaron desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Según el diario Clarín, la cifra de puestos ilegales ha aumentado de tal suerte, que en la actualidad los puestos ilegales superan a los comercios de la zona. Esto naturalmente, provoca un grave perjuicio para quienes se encuentran legítimamente instalados. Los comerciantes hablan de una zona liberada y se quejan por la competencia desleal que los manteros representan y porque pierden ventas frente a los puesteros ilegales, que venden la misma mercadería que los locales sin ningún control. "Sabemos que pagan $350 por semana, que el dinero lo junta un puntero, que hay uno por cuadra y que la Policía Federal lo sabe pero no lo evita. Es una zona liberada, los inspectores no quieren venir porque los agentes no los acompañan. Y la Metropolitana todavía no apareció", denunció un comerciante.
La venta ilegal no solo perjudica a los comerciantes, sino también a los propietarios de las marcas que ven como sus productos son falsificados sin ningún atenuante, y comercializados en la calle con total facilidad e impunidad. Está a la vista que desde el gobierno, no se quiere combatir este flagelo. Nada nuevo...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario