miércoles, 27 de noviembre de 2013

Faltan políticas de estado

Como sucede con las medidas aisladas o espasmódicas, a falta de una política integral, el comercio ilegal se sigue expandiendo en la Ciudad de Buenos Aires. Según un relevamiento de CAME y FECOBA realizado entre el 7 y el 21 de este mes, en la avenida Rivadavia, del 4900 al 5300, zona cuyo epicentro es la esquina con Acoyte, se contabilizaron 121 manteros; cuando un año antes había 77. En ese mismo informe también aseguraron que en Cabildo y Juramento y las cuadras cercanas había 115 manteros, cuando en noviembre del año pasado habían encontrado 55. Pero no son los únicos centros comerciales que han crecido en comercio ilegal. En Pompeya, en la avenida Sáenz se pasó de 79 a 188 manteros en el último año, mientras que Lugano saltó de 22 a 35. En tanto, Liniers ya no sólo es un clásico de la venta ilegal sino que ahora también es el que más puestos tiene en toda la Ciudad, con 564... Este mes, según el relevamiento de CAME, fueron detectados en la Ciudad 2.484 puestos, un 5,84% más que el mes pasado y la cifra más alta de los últimos cuatro meses. Como siempre, el rubro más afectado fue el de Indumentaria, ya que cerca de un tercio de los puestos se dedican a la venta de ropa. Justo es reconocer que desde la Ciudad se ha actuado. Pero no alcanza con lo hecho; por el contrario, al ser solo medidas aisladas, pierden todo efecto, pues por caso, retiran de una calle a los manteros, como sucedió verbigracia en la peatonal Florida, pero estos rápidamente se instalan en otras como reflejo mas arriba. Y ya reconoció el propio gobierno de la Ciudad que no cuentan con policía suficiente para dar la batalla. Mientras tanto, desde el gobierno nacional no se hace nada a este respecto. Luego, a falta de una política de estado integral, los manteros se aprovechan y el comercio ilegal aumenta y se desarrolla sin cesar. En ese contexto, pierden los comerciantes regulares que sufren una competencia desleal, pierden los dueños de las marcas que padecen su falsificación, y finalmente pierde el estado que soporta una evasión impositiva mas que importante. Una vez mas, los manteros no son simples comerciantes que no tienen donde ir y por esa razón venden para sobrevivir; no es asi. O en todo caso esos son casos excepcionales. La regla es que nos enfrentamos a verdaderas organizaciones que copan las calles y lucran de manera ilegal con esta metodología que ya todos conocemos y a nadie sorprende. Para ampliar en la noticia, pueden leer Clarín que muy bien expone la situación. 
RJ

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