sábado, 25 de abril de 2009

Feria del libro y Falsificación

Desgraciadamente el plagio llegó a la Feria del Libro. En un artículo publicado por Critica Digital el dia de hoy, se da cuenta de la venta de libros "truchos" -plagiados en realidad-, por parte de un stand perfectamente instalado en la feria. La editorial de la nota se sorprende que la piratería haya podido desarrollarse a plena luz del dia en medio de uno de los eventos mas importantes para toda América Latina en lo que se refiere a presentación y ventas de libros...
Destaca la noticia que la venta de los libros plagiados fue masiva; por su parte la editorial damnificada calcula que la violación a la ley 11.723 en lo que respecta a la autora plagiada,-Stephenie Meyer-,con mas de de cuarenta y seis millones de libros vendidos en el mundo y más de 250 mil sólo en la Argentina supera el 10% de las ventas.
En rigor, y esto lo digo con todo pesar, para quienes estamos desde hace años comprometidos contra la piratería esta supuesta novedad no nos sorprende.
Recuerden queridos amigos que hace un largo tiempo ya hemos criticado el accionar de la justicia respecto del plagio denunciado y comprobado en nuestras universidades nacionales; donde profesores y estudiantes dejaban libros para fotocopiar integramente en los centros de estudiantes.
Desde la autoridad máxima en materia de fiscales se jsutificó este proceder a través de un dictamen en el que se excusó el plagio por tratarse de universidades a las que concurren estudiantes que no siempre cuentan con el dinero suficiente para acceder a las obras originales.
Dije entonces y repito ahora, estamos educando y formando a nuestros futuros abogados, a los futuros jueces y fiscales -por aquello de que el fin justifica los medios- en la cultura del plagio. Luego, hechos como el sufrido en la Feria del Libro no debieran extrañarnos.
Lo positivo, fue el reflejo de la editorial Alfaguara para denunciar y secuestrar el material apócrifo. Lo negativo es que hechos como este causen sorpresa cuando a diario se plagia en nuestras narices en los centros de formación sin que nadie diga absoluatmente nada.
RJ

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