viernes, 5 de septiembre de 2008

Una vez mas la Aduana contra la Falsificación


Ratificando lo que vengo denunciando desde hace tiempo, en el sentido que la Aduana Argentina es la única actora verdadera en la lucha contra la falsificación marcaria, acaba de salir a la luz un nuevo procedimiento en el cual se secuestró ... un contenedor valuado en u$s3.500.000.
La mercadería secuestrada consiste en trajes que llevaban etiquetas "truchas" de Armani y Prada, además de miles de pares de zapatillas Nike y Adidas, lapiceras Montblanc, carteras Gucci, prendas Ralph Laurent y Polo, juegos y juguetes de las marcas más reconocidas.
Saludo y aplaudo lo que se continúa actuando desde la Aduana, al mismo tiempo que reclamo se coadyuve con su accionar desde las marcas en el territorio.
En una reunión con Cámaristas y Jueces Federales de la que tuve la suerte de participar el dia de ayer, la queja generalizada de los magistrados fue que los propietarios de las marcas se resisten a participar del proceso mas allá de la denuncia. Incluso, cuando son invitados a participar del proceso como consecuencia de haberse secuestrado material con sus marcas falsificadas a partir de procedimientos de oficio, tampoco acceden a intervenir.
Luego, nos quejamos muchas veces del accionar de los jueces, nos agraviamos de la legislación vigente, pero a la hora de tomar parte de la lucha, se mira para otro lado. La Aduana sola no puede contra este flagelo. Ojala los dueños de las marcas tomen conciencia de esta realidad y de una vez por todas, actúen en consecuencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Roberto Porcel:

Coincido plenamente con su comentario, yo tambien estoy decepcionado de la falta de participacion de los damnificados.

Me dijeron los que saben de marketing que la politica de las grandes marcas es mirar para otro lado. Si la gente se entera de las querellas, dicen que se genera una confusion tal que el publico deja de comprar lo trucho y lo genuino. Ergo, la tactica que tienen es mirar para otro lado.

Sin embargo, de ninguna manera deberia ser asi. Ellos como titulares de importantes marcas que generan credibilidad en la sociedad y que lucran con la confianza que tiene la gente en sus marcas, tienen el deber de tener una politica legal activa contra las falsificaciones sobre todo para proteger a sus propios consumidores ya que lucran con las marcas.

Cuando la legislacion de proteccion de los consumidores y la jurisprudencia se siga endureciendo, cuando el concepto de responsabilidad objetiva crezca, entonces algunos consumidores decepcionados en su confianza podran accionar civilmente contra los legitimos dueños de las marcas falsificadas y recien entonces veremos que esta tendencia que ud. describe empezara a cambiar y se pondran a tono con la responsabilidad que tienen las empresas de luchar contra la falsificacion, porque la falsificacion importa un riesgo para los consumidores que creen en sus marcas.

Aplaudo a la Aduana que nos protege, pero las empresas tambien se tienen que poner las pilas para proteger a sus consumidores de los riesgos de la falsificacion. Ya hay jurisprudencia de la responsabilidad del "proveedor aparente" (Caso Ivess), pero esta tendencia de proteccion a los consumidores ira creciendo de a poco y confio que terminara con la irresponsable desidia de las empresas.

Roberto Porcel dijo...

Lo que Ud. plantea querido amigo es un "warning" para las marcas que advierte sobre la necesidad de proteger y no atentar contra la confianza del consumidor.
En mi última presentación en el blog, referenciando una noticia publicada por Infobae, destaco el comentario de los representantes marcarios en ocasión de ser citados por la Aduana, en la que justamente se muestran "sorprendidos" por la excelencia de las copias.
En rigor, lo que Ud. advierte desde el prisma del consumidor viene a completar el círculo en lo que hace a la protección contra el fraude marcario; ello por cuanto, la infracción marcaria no solo afecta el derecho de propiedad del dueño de la marca, sino también, -aunque no siempre por supuesto-, la confianza del consumidor. Hay ocasiones en que el consumidor es cómplice. Por ejemplo cuando concurre a comprar a mercados o ferias donde conoce que se comercializan productos en infracción.
Pero en otras ocasiones, es engañado y defraudado en su confianza. Y ello en muchas ocasiones atenta incluso contra su salud.
Verbigracia lo que sucede con la falsificación de medicamentos; o lo que podría acontecer con las pilas recientemente secuestradas por la Aduana.
En síntesis, muy acertado su comentario.
Advierto que esta postura que Ud. nos acerca, aunque con algún matiz, ya se utiliza en los EEUU y en Europa, traduciendose en acciones contra los directorios de las grandes compañías, a los que algún grupo de accionistas por lo general, imputa negligencia u omisión en la defensa del patrimonio social.
Para concluir, la próxima vez dejanos tu nombre para saber con quién intercambiamos estas opiniones.
Un cordial abrazo,
RJ