jueves, 13 de diciembre de 2007

Nuevos operativos contra la piratería musical


Un nuevo operativo contra la piratería que implicó mas de treinta allanamientos, fue llevado a cabo el dia de hoy por la Gendarmería Nacional, por instrucciones del Juez Federal de Quilmes en los alrededores de La Salada. El operarivo arrojó como resultado, el secuestro de cerca de medio millón de CD grabados en forma ilegal ... además de la incautación de computadoras y aparatos para la copia del material, según información extraída del diario Clarin en su versión electrónica. Como podrán advertir, cada vez con mas frecuencia se realizan este tipo de operativos contra la piratería que viola la ley 11.723 en el ámbito de los partidos bonaerenses de Lomas de Zamora y Quilmes, y ciertamente con resultados positivos. Pero curiosamente, sigue interviniendo la justicia federal en lugar de la justicia criminal ordinaria, como vengo destacando desde hace tiempo en forma reiterada. Contrariamente a lo que viene sucediendo entonces con la piratería musical, las resoluciones que involucran causas de falsificación marcaria parecieran llevar un rumbo totalmente diferente. Las últimas decisiones tomadas por distintas Cámaras Federales de algunas provincias del norte del país, rechazando denuncias o revocando procesamientos, con resoluciones ciertamente asombrosas si no escandalosas, no dejan lugar sino para nada mas que desaliento y desazón. La última de ellas, de la que he tomado conocimiento el dia de hoy, sobresee a la titular de un comercio que se encontraba comercializando mercadería falsificada, por considerar que no se individualizó quién fue el vendedor que procedió a la venta del producto espureo que dió origen a la denuncia!!
Vale decir, para algunos jueces ahora pareciera ser que la responsabilidad del delito no recae en el titular del comercio, sino en el empleado que vende la mercadería. En fin, será que uno acumula el cansancio de todo un año, pero la verdad, ya no tengo mas paciencia para escuchar tanta hipocresía. Bastante tiene uno que lidiar con las organizaciones criminales, para tener que terminar litigando contra los jueces que intervienen en las causas. Me da tristeza ver en lo que se está convirtiendo la justicia de nuestro país.

De todas maneras, creanme, no voy a cejar ni con la prédica ni con la persecución contra la falsificación marcaria. Aún a expensas de estos jueces.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Roberto:
Se habla permanentemente en la Argentina sobre la corrupción en el Estado, la pobreza, el problema de la educación, etc.
Sin embargo, a mi juicio, el mayor problema que puede tener una nación, mas allá que los nombrados no son problemas menores, es, ni mas ni menos que el retiro de la justicia del escenario.
A nadie escapa que hay buenos jueces, pero son muy los menos a esta altura de las circunstancias en la Argentina.
Basta con leer los diarios, comentar con colegas fallos como el que vos citas, y padecer resoluciones descolgadas de todo razonamiento jurídico en el día a día, para darse cuenta que la justicia, en general, se encuentra herida de muerte por el camino que transita.
La justicia es el último lugar (y el primero, paradógicamente) en el cual el ciudadano común, debe de tener el resguardo que la ley le proporciona.
Cuando este resguardo desaparece, entonces estamos frente a un problema que, por sí solo, es mucho mas grave que todos los otros juntos.
No hay peor corrupción que que jueces que dictan a sabiendas resoluciones o fallos que son absolutamente contrarios a cualquier derecho vigente.
No existe peor daño al ciudadano común que ese daño.
Porque luego de ello, ya no queda nada para defenderse ni para hacer valer los derechos.
Y si quienes tienen en sus manos hacer justicia omiten hacerlo, entonces se rompe la última barrera y los ciudadanos comienzan un largo y penoso camino hacia la defensa facciosa de sus intereses.
Una nación puede tomar, desde el punto de vista de la justicia dos posibles caminos: O bien los jueces aplican la ley y saldan diferencias de manera justa entre sus ciudadanos, o de lo contrario solo queda el camino de la defensa por mano propia, que es el principio del fin de toda sociedad organizada.
A la luz de los acontecimientos nos alejamos rápidamente del primero de los caminos.
No hay peor corrupción ni mal para un país que sus jueces dejen de administrar justicia.
Cuando ello ocurre, es muy difícil lograr la vuelta atrás.
No obstante, tenemos la obligación como ciudadanos y como abogados de seguir luchando a sol y a sombra para tratar de evitar que esto ocurra.
Un abrazo a todos los amigos del blog.

Dr. Enrique Lisandro Cabo